martes, 6 de febrero de 2018

¿Por qué continuar?

Este mundo requiere dos cosas para sobrevivir: paciencia y obediencia. el mundo ya tiene sus reglas, impuestas por unos cuántos, o por muchos. Cumplir con estos requisitos permite llevar una vida que seguramente proveerá todo lo básicamente necesario. La paciencia simplemente generará calma en el proceso de alcanzar las metas de vida. Estas metas de vida no son propias, pues ya vienen prediseñadas de tiempo atrás. Son metas como casa, carro, beca, amor, lujo, entre otras, y puede que se alcancen en algún momento, como puede que no. Ahí es donde la paciencia actúa y deja un mensaje de calma para inspirar a seguir avanzando. La obediencia es el complemento perfecto, pues en un sistema prediseñado, esta característica permite ser la pieza necesaria para el desarrollo de otros objetivos. Cuando los objetivos de los que ponen las reglas son alcanzados, se resaltan los méritos individuales, se obtienen recompensas y asegura una continuidad en el proceso. Por esto, la obediencia ha permitido construcciones externas que a la vez, formulan nuevos objetivos de otros. ¿Y lo mejor? que obedeciendo se avanza en una carrera profesional, interna dentro de los objetivos de otros, pero que permite crear objetivos propios de superación y mejora de condiciones. El complemento de estos requisitos permitirán una sobrevivencia casi garantizada al ser humano. Algo así como una máquina que funciona a la perfección, sin más ni menos, sino sólo cumpliendo su objetivo global.

El problema está cuando decido no querer sobrevivir. Prefiero vivir, tener algo más que lo necesario, disfrutar de los momentos que sobresalen de la supervivencia básica. Inevitablemente vivir exige mucho más que sobrevivir. Ahora hablamos de cuestionar, indagar y adquirir riesgos. La vida no puede ser vida sin riesgo. Si el riesgo asusta lo mejor es sobrevivir.

Foto tomada de Yolo Bienestar

Este camino planteado es más difícil. La vida y la supervivencia de muchos por lo general limitan los cuestionamientos, indagaciones y riesgos, más teniendo en cuenta que los objetivos impuestos están diseñados para perder de vista o incluso detener a aquellos que se salen de ellos. He ahí el punto que hace que muchos se retracten, y decidan acomodarse a estos objetivos prediseñados. Sin embargo, el fin de los que continuamos el camino independiente es incierto. Lo más importante para no desfallecer en el intento es tener objetivos propios y muy firmes, que no dependan de los ya impuestos. Si estos son claros, el camino se construye con planeación y evidentemente al andar.

Las fuerzas en contra serán ilimitadas, ya que los que les gusta seguir su camino prediseñado, basándose en su obediencia, juzgan y se alejan de estos objetivos diferentes. Y los mismos diseñadores de objetivos generales observan estos nuevos objetivos independientes , clasificándolos como potencialmente peligrosos. De ahí que el camino sea difícil, lleno de detractores y obstáculos, pero está en la firmeza y propiedad de los objetivos personales avanzar y avanzar si detenerse. Al final la firmeza es delicada, y puede ser puesta en duda por cualquier evento, entonces ¿por qué continuar?. La respuesta a esta inquietud no es estándar, y mucho menos generalizada. El valor que adquieren las acciones realizadas y por realizar dependen de el objetivo, y si este es fuerte, las razones para continuar sobrarán. Igual, ¿qué es lo peor que puede pasar?

Se continúa... necesitaba escribir esto para avanzar y llenar de firmeza la razón de mi camino. Gracias a ud por leer.

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