lunes, 24 de septiembre de 2012

¿Qué paso Camilo? Antes eras chévere...

¿Cuántas notas en este blog le dediqué a mi odio y a mi no concordancia con la tecnología? Escritos de repulsión y campañas en contra de todo aquello que representaba un avance tecnológico y un retroceso en los modelos sociales establecidos y parametrizados.
Y ahora... ¡Escribo desde un Android!
Hay que tener en cuenta que un atraco, y un esguince me tienen inmovilizado y que eso ha generado una adicción temporal por todo lo que este aparato incluye. Y creo que estuvo apenas, porque he sabido dejar esta cosa con buena música y buenos programas que me facilitarán la vida diaria.
Ahora, volviendo al tema principal, ese que ha sido discutido desde solo un punto de vista, volveré a hacer de nuevo la pregunta. ¿Qué tan necesaria e influyente es la tecnología?.
Para responder esto, es necesario separar la necesidad de la influencia como dos temas totalmente distintos. Si hablamos de necesidad viene a mi cabeza la imagen de uno de los primeros Rock al Parque en Bogotá. Cuando me encontraba con cinco mechudos y ninguno sin un celular. Desde la llamada telefónica antes de salir de la casa hasta que nos encontrábamos en el punto pactado a la hora acordada no había más comunicación. ¿De cuándo acá un celular se volvió tan necesario? Este entró con un sentido de uso en emergencias, pero con el ritmo de vida de hoy,acelerado, ¡todo se debe hacer de emergencia!
Ahora no me puedo imaginar mi vida sin un celular, sin un computador, sin un pantalla plana en mi cuarto, y sin un horno microondas que caliente mi comida en una cuarta parte del tiempo que se requería con la estufa o el horno convencional.
Alguna vez me preguntaron en una clase si sería capaz de botar mi celular. Pensé en todo esto y mi respuesta fue un no rotundo. Y esa respuesta no ha cambiado. Solo será cuando salga un nuevo aparato que reemplace todo esto.
¿Y la influencia? Si nos basamos en la mísma tecnología esta es ilimitada. Si ud que no tiene celular lee esta nota, seguramente va a intentar conseguir uno para saber de qué carajos estoy hablando. Y así el internet, la comunicación publicitaria (BTL y ATL) y el mismo voz a voz generan un interés en esta necesidad creada, y obliga a "actualizarnos". Ayer una amiga me dijo que se sentía vieja porque no tenía cuenta creada en Skype... ¡Y se "actualizó"! Hoy ya tiene cuenta y usa Skype. Ahora ve que puede hacer llamadas gratis, hacer video llamadas, entre otros "grandes" servicios y dejó entrever la gran influencia que tiene el exterior y la misma tecnología en sus quehaceres diarios.
Para concluir, quiero hacer público mi manifiesto de rendición frente a la tecnología, y desde mi celular les escribo que no  va más, que me adhiero esa necesidad creada, y la aprovecharé sin llegar a una exageración (eso espero).

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