miércoles, 31 de enero de 2018

Admiración eterna

Vida era una niña cuando conoció a Muerte. Cómo olvidar ese día, sentada en un andén mirando al horizonte, cuando de pronto ¡zaz! aparece Muerte por primera vez. Era tan hermosa, tan maravillosa, llena de luz y espectáculo con cada movimiento. Los ojos de Vida se cristalizaron en señal de una mezcla de sentimientos: tal vez emoción, tal vez felicidad, tal vez amor... tal vez miedo. Muerte no determinó ese día a Vida, y actuó como si ella no existiera. Sin embargo, a Vida no le importó perder parte de si misma, siempre y cuando la belleza de Muerte estuviera presente. Desde ese momento Vida y Muerte compartieron el mismo espacio.
Pero la frialdad de Muerte no disminuyó en un tiempo. Vida sin rendirse, y cada vez más admirada, se acercaba más y más a ella. Más o menos tuvieron que pasar 132 mil años, 8 meses y 15 días para que Muerte se diera cuenta de la presencia de Vida. ¿La reacción de Muerte? ¡sorpresa!, Vida tan callada y Muerte tan extrovertida, ¿cómo no se habían visto?. ¡Pero un momento! ¿Por qué Vida la mira tan fijamente?. En ese momento Muerte se acerca a Vida, la mira a los profundos ojos y a través de ellos reconoce que su presencia no es nueva para ella. Han pasado algunos años en los cuales Vida ha despertado una gran admiración por Muerte, así que sonríe, se da media vuelta y camina hacia un nuevo objetivo. Pero, al dar el tercer paso, voltea su hermoso rostro y con una seña invita a Vida para que la siga. Vida se levanta feliz de el mismo andén, y comienza a seguirla. Paso a paso hay un show, un espectáculo, luces, colores, fuego, tierra, aire y agua. Muerte es experta en lo que hace, y cada acción es una obra artística para Vida.

Parcial de la obra "Concesión de la vida a la muerte" de Carmen Belindo

Muerte se siente con el ego más alto desde que Vida está con ella, y perfecciona cada vez más sus técnicas para así asegurar un mejor espectáculo. Vida salta de alegría, sonriendo y corriendo de lado a lado siempre cerca de Muerte, pero lo inevitable sucede: Vida está creciendo. La linda niña ahora es una hermosa adolescente, y para Muerte esto no le es indiferente. Vida está adquiriendo otras prioridades que las luces y los colores del espectáculo que podría dar Muerte, ¡y lo que es peor! ahora Vida mira hacia otros rumbos. Ni siquiera las lágrimas de tristeza de Muerte fueron notadas por Vida ahora. Agachando un poco ese hermoso rostro, Muerte comienza a caminar, sin un rumbo específico. Había mucho por hacer, pero eso no tenía importancia ahora. Muchos pasaron por su lado, un mar de entes, seres, vivos y muertos la rodeaban y seguían su camino, pero a Muerte no le importaba nada más... ya ni siquiera sabía dónde estaba Vida. Al levantar su rostro se dio cuenta que estaba en un lugar desconocido, por el que nunca había pasado antes. Muerte, analizando su entorno camina y observa cada elemento, pero no encuentra explicación... ¡ni tampoco salida!. Muerte está encerrada, y la única persona que podría recordarla sería Vida.
Mientras tanto, Vida se entusiasma con nuevos espacios y esto le plantea nuevos objetivos. Cada espacio está lleno de entes, seres, objetos animados e inanimados, y esto emociona a Vida así que decide hacer parte de todos ellos. Ella les da motivos, les da energías, les da una razón y todos se encariñan con Vida. Con el tiempo, construyen altares, esculturas, le dedican canciones y poemas, y Vida se convierte en lo esencial para todos y cada uno. Sus entes y seres se desarrollan, crecen, construyen, celebran, se reproducen y llenan cada vez más a Vida. Hay felicidad por doquier, placeres que cada ser y cada ente disfrutó a más no poder, todo fluía a la perfección hasta que los gustos, los placeres, los motivos y la energías se convirtieron en excesos. Hasta ese punto lleva el camino de Vida, y cada ente y cada ser, al haber existido para disfrutar de todo llega a un punto en el que se llena, pero si hacia adelante no queda más que de lo mismo, ¿qué más da?.
No todo fue tan fácil en esos momentos para Vida, porque estos excesos llevaron a crear problemáticas entre sus amados entes y seres que habitaban su espacio. Acciones violentas, abusos, engaños hacían parte del día a día, y Vida ya no era admirada. Ya nadie quería a Vida, era maldecida y odiada por muchos. Algunos le guardaban un poco de respeto pero cada vez era menor. ¡Qué desastre!. Vida, se devolvió a su antiguo andén, a sentarse y meditar. Fugazmente en su cabeza llegó el recuerdo de aquellos espectáculos maravillosos que brindaba su admirada Muerte. ¿Cuánto tiempo ha pasado? ¿Dónde estará? ¿Quién la acompañará? ¿Estará bien?
Vida, la inquieta Vida, muy animada y decidida se levanta de su andén y comienza a caminar hasta el punto donde recuerda haber visto por última vez a Muerte. Esta vez el camino no fue tan fácil, pues los entes y seres no le daban paso tan fácil. ¡Y cada vez eran más!. Llegando al punto que recordaba se dio cuenta que había un camino marcado por el paso de Muerte. Sin dudarlo lo siguió, abriéndose paso entre todos, y cada vez con una emoción más grande de pensar que la volvería a ver. Fueron muchos años de caminar, y los entes y seres nunca pararon de reproducirse así que cada vez se hacía más difícil avanzar. Los ánimos de Vida aún presentes se debilitaban, y las fuerzas para abrirse espacio eran cada vez menores. Se desarrolló un sentimiento nuevo dentro de sí misma, y tenía que expresarlo de alguna manera, y sale la primera lágrima de sus ojos recorriendo sus mejillas. Un leve llanto comienza a escucharse, y aunque para los entes y seres era indiferente, Muerte quien estaba a unos cuántos kilómetros de ese sitio sí lo escuchó. Ese sonido, ese llanto, marcaba claramente cuál era el camino de salida del espacio en el que se encontraba, así que se levanta, toma fuerzas y comienza a caminar. Algunos años después, la ve en la distancia, ahí sentada y llorando. Sentimientos de felicidad florecen en Muerte, pero a la vez preocupación por el estado de Vida. Tal vez no era momento de hablarle ni mucho menos de acercase, así que la felicidad decaía de nuevo. ¿Qué hacer? ¿Cómo poder ayudar? Pronto, Muerte mira a su alrededor y ve toda la cantidad de entes y seres que habitan este espacio, y una sonrisa se dibujó en su hermoso rostro. Vida en ese momento levantó su rostro y vio el más hermoso show que jamás antes había visto. Muerte se estaba luciendo, colores, saltos, acciones en agua, tierra, fuego y aire hacían parte de este gran espectáculo. Las lágrimas de Vida se desvanecieron, tomó fuerzas para levantarse y caminar hacia Muerte. De nuevo, Muerte se detiene, se acerca hacia Vida y la mira a sus profundos ojos y a través de ellos reconoce que esa antigua admiración aún sigue ahí, dando así motivos para continuar su labor con cada vez más ánimos, más formas y maneras. Los seres y entes vieron las acciones de Muerte y se dieron cuenta que al no ser eternos, los objetivos de Vida de nuevo tenían valor, por lo cual comenzaron a desarrollarlos, dejando tiempo para el placer y la celebración. Ahora sabían la importancia de Muerte así que ella también tuvo sus altares, esculturas, canciones y poemas.
Vida y Muerte siguieron juntas su camino a través de todos los espacios, llenando de maravillas su entorno y dando balance a todos aquellos entes y seres que habitamos este espacio.

La vida admira la muerte. Cuando la muerte se pierde, la vida la busca. Cuando la vida llora, la muerte la consuela...
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