domingo, 2 de octubre de 2016

Después de todo....

... si, ganó el NO. Y alrededor de esto salen muchos prejuicios y suposiciones que nacieron y se alimentaron en tiempo de campaña. Odio escribir sobre estas cosas, pero leyendo los muros, tanto rencor y tanta grosería alrededor del tema me gustaría dejar mi posición y algunas precisiones claras, así que si ud está dispuesto a leer y opinar sin entrar en el insulto y la incoherencia bienvenido sea. De los resultados de estas votaciones se pueden concluir muchas cosas, pero ninguna de ellas es la verdadera verdad. Veo mensajes y escucho personas diciendo que el país prefirió la guerra, que el país tiene lo que se merece, que triunfó la ignorancia, que los que votaron NO deberían ir a la guerra, que todos los que votaron sí querían la paz... y ¡qué cantidad de odio y rencor!


Imagen tomada de: http://www.lavozdelsandinismo.com/opinion/2014-03-18/colombia-complejas-condiciones-para-los-dialogos-por-la-paz/

Para empezar, el SÍ nunca significó "Paz" y el NO nunca significó "Guerra". Obviamente esto nunca fue claro porque la publicidad y las comunicaciones alrededor del tema no dejaron verlo con claridad. Empezando por la misma pregunta del tarjetón: “¿Apoya usted el acuerdo final para terminar el conflicto y construir una paz estable y duradera?”. Es una pregunta que segrega y que hace ver al votante del NO como un animador de guerra y de conflicto. En términos conceptuales, el plebiscito estaba enfocado en LOS ACUERDOS con una máscara de paz, pero nunca en la Paz. En este sentido, aquél que leyera los acuerdos y no los apoyara es tomado como una persona guerrerista y se le dice que "vaya al monte a hacer la guerra". Las campañas estuvieron enfocadas en afirmar cada vez más esta idea y por esto los que votarían por el NO guardaron silencio. Lastimosamente el NO fue encabezado por la peor persona posible, y como es su proceder normal, la campaña actuó con una base de mentiras y falsedades que lo único que hicieron fue confundir más a los habitantes de este país. Por eso, desde el principio el verdadero significado de un SÍ o un NO estaba perdido y sin bases. ¿El país tiene lo que se merece? A mi parecer sí, aunque como hablaba con alguien hace poco, la gente en general se tomó el trabajo de leer y analizar un poco más que lo habitual. Sin embargo, esto no fue suficiente como para destruir una maquinaria de desinformación y con mucha ambición de poder. Aún falta capacidad crítica y si alguien votó por el SÍ buscando la Paz cometió una gran equivocación. ¿Triunfó la ignorancia? De acuerdo. Más allá de que haya ganado el NO en las votaciones creo que la ignorancia se llevó todos los premios. ¿Cuánto porcentaje del No habrá votado en contra de los acuerdos? ¿Cuánto porcentaje del SI habrá votado a favor de los acuerdos? A mi parecer y dentro de lo que he preguntado en mi círculo cercano es mínimo. Este pensamiento equivocado lleva a que se generen señalamientos y comentarios como el que votó no debe ir a la guerra, ¡Pero si el NO no significa guerra!. SI una víctima que perdió todo en el conflicto no cree que los acuerdos sean adecuados para que exista justicia ¡tiene todo el derecho de votar por el NO a los acuerdos!. ¿Entonces esta persona debe ir a la guerra? ¡No!. Dejemos de pensar en las películas de acción que consumimos cada fin de semana, y no porque esta persona haya sido afectada por una guerra que no es de él ¡debe ir a matar a todos los malos!. Y si alguien desde la ciudad no está de acuerdo con cualquiera de los puntos del acuerdo y vota NO tampoco quiere decir que deba ir a la guerra, pues no está votando por ninguna guerra. A mi forma de ver personal, estos acuerdos eran un fracaso, un foco de corrupción más grande que el habitual, una concentración de poder en un solo lado por lo cual desechaba los demás partidos y pensamientos (por eso el Centro Democrático estaba muerto de miedo con los resultados). Era dar vía libre para que algunas de las personas más corruptas de este país aumentaran su poder y pudieran hacer lo que quisieran bajo una bandera de supuesta “paz” (y no me refiero a las FARC). Quedaban muchos espacios en blanco con estos acuerdos, muchos planes sin alcance ni razón, y esto permitía que con un SÍ en el plebiscito se pudieran ejecutar cualquier cantidad de acciones a favor de los resultados del acuerdo y de la “paz” sin importar por encima de quién pasaran. Los acuerdos en primera lectura son fabulosos y los resultados maravillosos, pero nunca dejaron en claro el proceder específico y definitivamente NUNCA SE CONSTRUYERON PENSANDO EN LAS VERDADERAS VÍCTIMAS. Por esto mismo yo tuve una indecisión hasta el final, e incluso después de haber votado. A muchos les dije que iba por el NO, a otros les dije que no sabía aún. Al final una luz ingenua en mi cabeza me dijo “no todo puede llegar a ser tan malo, y si lo es te vas” y voté por el SÍ. No me siento ni satisfecho ni mal por la decisión. Fue solo un momento de ingenuidad que me hizo borrar todo soporte en contra que tenía. ¿Y con los resultados? Tampoco me siento ni conforme ni asustado. Creo que tendría un poco más de susto si hubiera ganado mi voto. Al final lo que debemos hacer es seguir construyendo la paz entre todos, pues esta nace de cada uno. Si no nos hacemos daño entre nosotros, si las FARC siguen con su iniciativa de paz, si el gobierno pone de su parte de forma real en la construcción de paz, si no juzgamos sin argumentar, si no madreamos al del lado por ser diferente seguro que así no importará el resultado de este plebiscito y se seguirá el camino de la paz verdadera. Esta es mi reflexión sobre lo sucedido, y tendré siempre en cuenta que ni un Uribe, ni un Santos, ni las FARC, ni nadie puede pasar por encima de un pueblo convencido de lo que realmente quiere. ¡Vamos por los objetivos colectivos y no los de unos cuantos!... Indaguemos y profundicemos y veamos los verdaderos alcances de nuestras acciones… ¡Vamos por la paz!
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